No

Que me levante el sol. 

Lo que ves es lo que hay. Esconderme detrás de una fachada por conseguirle un estatus a mi ego, no me suena interesante. Siénteme en mi vulnerabilidad y reconócete. Aquí estamos para sostenernos y cambiar lo que no nos gusta ahí afuera. Lo que no nos deja ser con tranquilidad. Tanta ansiedad y tanta depresión por superar. Saber que existe un sistema dominante no nos va a salvar y no indica un despertar. ¿Por qué seguimos el juego de la actuación desesperante? ¿Por qué nos cuesta tanto ser honestos con nosotros mismos? ¿Qué queremos demostrar? ¿Contra quién compiten? Quédense con todos los premios de oro, quédense con los títulos y los “reconocimientos”. Yo me iré a sentir la verdadera existencia, a crear y expresarme para seguir el curso expansivo del universo. No puedo quedarme e insistir en un mundo terco, en una mentira a la cara, en miradas incoherentes. Me pesa lo falso. Quédate con tus contactos y conexiones, con tus amistades superficiales que te cuentan quién eres y te clasifican en etiquetas. Baila por billetes, sonríe detrás de una pantalla y olvídate entonces de lo que te mantiene vivo, porque igual estás muerto. Yo no voy a elegir nunca el daño, la envidia ni el dolor. Y si mi humildad me tacha de débil e incapaz, aceptaré mi condena social y observaré al piso con tal de no ver por encima del otro, en una arrogancia y superioridad infecciosa.  

En mí hay un roble que florece algodones. Soy tan vieja y fuerte, como blanda e inocente. Yo solo deseo que te conozcas, que logres desgarrar todas las costras de la ignorancia que te carcome, toda la imposibilidad de sentir y ver. Ver hacia adentro y decidir gritar esa rabia, ese desgaste de ser, esa energía estancada y profundamente desvalorada. Yo no elijo más eso. No elijo la intranquilidad, la alteración de mi realidad para distraerme de lo que pasa a mi alrededor. No sostengo más las mentiras de nadie y menos las mías. Yo no siento la magia para luego enterrarla en cemento o en comentarios cargados de odio. Yo no soy personaje repetido. Yo no quiero elegir ser un algoritmo de carne con venas etílicas y la mirada ida.