El reconocimiento
- María Camila Pulido V
- 5 feb 2024
- 1 Min. de lectura
Es lo que más buscamos. Y no ese reconocimiento público, sino ese que es tácito, que es silencioso, como telepático, que imprime la esencia de lo sublime, de la vida, de los estados vulnerables y más hermosos. Un reconocimiento del observar del otro. Un sentir mutuo de profundidad encontrada. Mirarse a los ojos para quedar impregnado, ver la felicidad de lejos, sentir el espíritu infantil e inocente, callar y entenderlo todo. Una certeza tierna y cálida. Una empatía por la piel ajena. Cuando se reconoce se ve un espejo de los más nítidos. Es encontrarse dentro de una gota, luego entre un mar.

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